Hace unos días Juanito decidió visitar a su abuela. Era la hora del almuerzo y su abuela estaba preparando la comida.
La mujer sacó los ingredientes y Juanito decidió ayudarla a preparar el almuerzo.
Su abuela quería cocinar una tortilla española, entonces el joven se ofreció a pelar las papas.
No sabía utilizar el pelador, y su abuela le enseñó sobre la marcha.
Cuando Juanito le cogió "el tranquillo" al pelador, no había papa que se le resistiera. Mientras las pelaba, su abuela le contaba historias de su niñez, entre ellas las regañinas que recibía por parte de su madre cuando se portaba mal.
El muchacho pensaba que su abuela se parecía a él, pero la gran diferencia que encontraba era que ella, a su edad, no podía estudiar y tenía que trabajar, hacer las comidas, limpiar la casa..... y, sin embargo, él la única tarea que tiene que hacer es estudiar, y ni eso lo hace bien.
Tras haber terminado de hacer la comida, Juanito se ofrece a fregar los platos. Mientras, sus abuelos observan cómo el niño ha cambiado favorablemente su conducta.
Más tarde, el joven se tiene que ir , ya que tiene entrenamiento de fútbol.
Cuando el muchacho se disponía a salir, su abuela le da las gracias, a lo que Juanito le responde con una sonrisa y le agradece el haberle invitado a comer y compartir esas historias con él.
Ese día, Juanito aprendió que ayudar a su abuela le hizo sentirse mejor.
viernes, 24 de mayo de 2013
Juanito y su abuela
Publicado por
Rubén
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22:07
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Juanito
Juanito era un joven muchacho
desobediente, malcriado y pasota que hacía caso omiso a todo lo que
le decían.
Pero un día, tras haber hecho una gran
travesura este joven se da cuenta de que su comportamiento cada vez
es peor, y que sus malos actos le han traído consecuencias fatales.
A partir de ese día Juanito quiere
cambiar. Tan a pecho se lo tomó, que se propone hacer todos los
viernes un buen acto , decide escribirlo para recordarlo y así
aprovechar para mejorar sus faltas de ortografía.
En cada buen acto que el joven hace,
siempre aprende algo nuevo, y se da cuenta de que la
recompensa de una buena acción es haberla hecho.
Publicado por
Rubén
en
21:40
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